miércoles, 16 de febrero de 2011

Camiones y Ley Sinde. El día de la bestia.

Esta ha sido una mañana gris. He esperado un recibo, aún ausente, que supuestamente iba a llegar a mi correo electrónico hace 12 horas. He intentado rebuscar información, sin éxito alguno, acerca de los motivos que suscitaron el paro de camioneros. Revisando Twitter se me informa que aprobaron la ley sinde.  
Las únicas dos noticias alentadoras del día: una aerolíneaTailandeza acaba de contratar cuatro azafatas transexuales , y que Alex de la Iglesia pronunció un discurso absolutamente iluminador, por su elemental sensatez, en la gala de los Goya.



En el fondo, el problema de los camioneros y el de la ley anti-descargas tienen puntos en común. Ambos, en términos mediáticos, son víctimas de un modo oligárquico de observar la realidad.Y ámbos evidencian que los lazos de solidaridad que supuestamente cohesionan la "sociedad civil" están dirigidos por el reclamo de los individuos que la constituyen de no ser incomodados.

A los camioneros no se les concede voz. No hay análisis alguno sobre si es razonable su protesta. De entrada se asume que van en contra del bienestar general. Los "otros ciudadanos", que por supuesto se chupan el trancón (es decir, que se incomodan) por su misma incomodidad y por los medios que consumen, se posicionan a favor del interés privado pensando que éste es el lado del bien común.

Por otra parte, hoy se aprobó la ley Sinde en el congreso español. Un paso más hacia la concreción de Internet como replicante de las industrias culturales, y un paso más lejos de la web 2.0. Cuando se comprende el rumbo que está tomando todo ello, cae uno en la cuenta de que en este mundo el concepto de "ciudadano" es absolutamente débil, voluble y sujeto al interés económico. Al ciudadano-internauta no se le concede voz y se lo denomina como cuasi-delincuente que viola los derechos de autor y de propiedad intelectual. Entonces pasa lo mismo que con los camioneros: los "otros ciudadanos" asumen el discurso de Warner y Sony,  se posicionan contra sí mismos y siguen permitiendo que se les cercenen sus libertades.

Lección: dejémonos de pendejadas, la incomodidad es el sentimiento nuclear de  nuestra "conciencia" ciudadana. Al final, allá o acá, sí que somos Estados del Bienestar. Scheißeegal.

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