miércoles, 1 de agosto de 2012

El Caballero de la Noche. No sólo en cines


 Ya lleva algunos días en cartelera "El caballero de la noche asciende", película con la que finaliza la trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan. Más allá de las excelentes reseñas que he leído al respecto, y de los escandalosos titulares en que se la menciona por cuenta de incendios y masacres, me gustaría recomendarla por bien elaborada, entretenida,  políticamente incorrecta y socialmente elocuente.

A mi modo de ver, el valor de esta tercera entrega radica en que es capaz de cerrar más que dignamente el relato sobre una Ciudad Gótica que guarda mucha relación con el mundo en que vivimos. En ese sentido, el éxito de Batman estriba en la capacidad del director para contarnos, a través de personajes y situaciones ficticias, lo complejo y ambiguo de nuestras sociedades, líderes y villanos. 

Lo que engancha, entonces, de la trilogía y en especial de esta última entrega es su talante desencantado y relativista, que en últimas es tan posmoderno como nuestra forma de ver el mundo. Allí no hay bondad ni maldad en términos absolutos. De hecho, los que podríamos llamar "Los buenos" no son seres angélicos y desinteresados sino por el contrario un grupo de personas que puja para mantener controlados a "Los malos" en medio de una sociedad enferma y decadente. Es más, ni siquiera se trata, como en las típicas películas de super héroes, de una lucha entre el bien y el mal, sino del mantenimiento del orden ante la amenaza del caos. 

 
 El Caballero de la Noche Asciende también nos sugiere, una y otra vez, que debemos desconfiar de los "buenos tiempos", tanto como de las ideologías, pues como pasa en Bogotá, un sol radiante antecede a una tormenta y un mico se esconde detrás de una reforma. 

Pero quizás el elemento más potente de la película es el modo farsante, por un lado, y utilitarista, por otro, como se construyen y destituyen sus héroes.  Unos, criminales que resultan convertidos en grandes símbolos; otros, luchadores que deben ser olvidados para dejar atrás las épocas de crisis. Por eso decía al principio que cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia; aunque mejor no sigo, no quisiera arruinarles la fiesta, si es que aún no han visto la película.

2 comentarios:

  1. Todo el tiempo he aceptado que las cosas cuanto se nos presena son leidas desde nuestra perspectiva y subjetividad, quiza, no supe, pude o vi aquellas relaciones concretas con la realidad inmediata en la que nos encontramos; en mi caso tal vez de manera más superflua o porque no decir hedonista intente solo ver, disfrutar, y vivir las emociones, sentimientos encontrados, entre otras tantas "vanalidades", pues el intentar razonar,buscar relaciones que bien pueden decirse forzadas de lo hecho con lo real no permite abandonarnos a placerres momentaneos o disfrutes pasajeros que en la realidad bien parecieran no encontrase.

    Por ello recomiendo la pelicula solamente por aquellas emociones agenas a la realidad al imaginario de poder considerarme a momentos un heroe o tal vez a creer que hay alguien asi que esta afuera.

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  2. Hay muchas formas de ver una peli. Batman aguanta todas ellas, desde el deleite o el goce estético hasta la lucidez. Gracias por tu comentario.

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