viernes, 19 de marzo de 2010

Carta a mi amada Colombia

Colombia,chica guapa sin ceso, te amo y te odio. cómo me gustan tus paisajes, tu música y tus fiestas. Sin embargo, tengo que decirte que te amo sólo por costumbre; si otra me ofrece algo mejor, y en su casa caben mi familia y mis amigos, te dejaría ipso facto.  Yo y todos tus amantes, no te engañes. Al final, te tengo paciencia únicamente porque estás creciendo y guardo la estupida esperanza de un futuro mejor para nos.

¡Ah pasaporte colombiano, cuánto te odio! Por tu causa, soy el centro de atención de los funcionarios de cualquier aeropuerto. Hallo,Hola, Hello (o lo que sea), bajan la mirada, suben la mirada, bajan la mirada y piden más papeles. Mientras, yo me tengo que sacudir el polvo blanco que siempre llevo encima, sacarme las cápsulas de coca que llevo encaletadas en el culo, facturar la ametralladora, declarar los miles de dolares malhabidos y olvidarme de la idea de robar al que va delante.

Para millones de tus hijos/amantes, patria mía, el colombiaespasionismo puro con el que intentaste adoctrinarnos desde diversos frentes se degeneró  al día siguiente de nuestro grado profesional.  De ahí en adelante, la nueva etiqueta que definirá nuestro caracter, también típicamente colombiano, sería: Profesional-joven-desempleado-y-sin-embargo-putamente-arribista-que-muy-en-el-fondo-cree-aún-en-el-éxtito-fácil.  Colombia, tierra querida, ¡cuánto nos pides  o nos robas y cuán poco nos das!

Yo no espero mucho de ti, la verdad. ¿Es mucho pedir que antes de matarme me permitas engordar las arcas de tus proxenetas, pagando ese 12% de interés anual que me roba ICETEX por ese prestamo que te pedí para largarme?

Por el momento, déjame que te muestre dos videos que me hacen pensar en tí:

En este, tú y tu voluntad de enterrar a tus hijos rapidito, para seguir con la fiesta.


En este, tus anhelos de éxito fácil, tu talento para vivir los sueños de otros países, tu obsesión por la limpieza de imagen, por ocultar tus estrías, muertos, celulitis, historia.


Ya me lo dijo mi madre, la real, cuando estubo de viaje en Barcelona "si ustedes no hubieran estado esperandome al otro lado, no habría vuelto". Ojala, cuando vuelva a verte, espero no me recibas con desaire, que así tendré que irme nuevamente.

Mientras tanto, sigo odiandote y regalándote mi tiempo y mis pensamientos. Hasta pronto.

1 comentario:

  1. Ya ni se que pensar Harakiri Lopez... :S mi cabeza tiene más revueltos que un cocido madrileño! pero me gusta este aporte para seguirle dando vueltas al asunto del arraigo, dificil, muy dificil luego de estar afuera y salir de la burbuja del "vividero" en la q crecimos.

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