martes, 2 de marzo de 2010

Segundo post. Sobre exististir en la red

Llevo una hora a la búsqueda de mí mismo en Internet. Me estoy haciendo esta pregunta (famosa en mis clases de máster para hablar de la importancia de la comunicación): ¿Si un árbol cae en medio del bosque y nadie lo nota, en verdad cayó? Respuesta tomista: sí, pero no importa, nunca nos enteraremos.

Pues bien, tras 17 horas de haber parido este blog, la pregunta del árbol en el bosque ha adquirido esta forma: ¿si un blog nace en el ciberespacio, y nadie lo lee, en verdad existe? Y esta otra, más realista: ¿si busco mi blog en Google y no aparece, qué mierda pasa?

Los foros de Blogger dan una respuesta, no tomista sino budista, a la cuestión: "deja que el tiempo pase, cuando el alumno esté listo (osea este blog larvario), aparecerá su maestro (entiendase: Google con sus algoritmos mágicos)", lo que para la cuestión del árbol sería, mutatis mutandi: "ya alguien pasará por el bosque y se percatará de la caída del árbol". Hasta entonces sigo fregado.

Fregado, porque la existencia es ante todo social. Los otros deben saber que existo y yo quiero que lo sepan. Si nadie me mira soy un fantasma, existo, pero solo para mí mismo. El goce y la tragedia no son tales hasta que no son comunicados y otros lo perciben. el problema es que percibimos más bien poco. ¿Cuántas cosas pasan en el mundo y cuán pocas somos capaces de retener? Aquí está lo que debe importarnos , corto y claro. Algo más global nos rebasaría, y lo demasiado específico importa a pocos, no se presta para conversar con el de al lado mientras esperamos en el banco, la clínica o mientras nos tomamos un café. Visto así, muchos acontecimientos importantes libran la lucha del espermatozoide, son algo por 72 horas, y si no coronan, muerern.

Entonces, en lo que atañe a la red, el negocio está en fertilizar nuestro tiempo: administrar el acceso a la información (que en el caso de este blog se traduce en administrar su existencia social en la red) ¡Y he aquí a Google, Yahoo, Bling, etc, etc, etc!

Introducir palabras en un buscador es la puerta de entrada a prácticamente todo en Internet. Prácticamente, a no ser que se introduzcan palabras como "bombillasymartillos". En ese caso -el mío- existes, pero no importa.

Lo que vale es salir de primero en los resultados; o de segundo, despues de Wikipedia. Botella de whisky para aquel que haya buscado más allá de la página 10 en los resultados de búsqueda. Nunca es necesario. Gracias a Dios por el todopoderoso Google. ¿Cómo lo hacen? Wired comenta sobre los algoritmos de búsqueda de Google, la piedra filosofal en la sociedad red.

En suma, o estas en Google o no estás. Yo, por lo pronto, soy un espermatozoide en búsqueda de su ovulo, un arbol caído en medio del bosque... Tendré que buscarme con Google-Earth.

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