miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mahoma y las profecías que se autocumplen

Como buenos hijos de Abraham, a musulmanes, judíos y cristianos nos fascinan las profecías. Tal vez por ello el remedo de pelicula "La inocencia de los musulmanes" ha sido un tema de interés noticioso para muchos de nosotros, y no sólo para los musulmanes que han sentido profanadas sus creencias. Me explico: lo que a mi juicio está pasando con el vídeo en cuestión, es un excelente ejemplo de lo que Merton ha denominado "profecías que se autocumplen".


Una profecía autocumplida es una suposición que se hace realidad por el hecho mismo de haberse formulado. Es decir, es una predicción que tiene el poder de crear las condiciones para que el hecho que predice llegue a concretarse. Watzlawick (1986) lo ejemplifica de la siguiente manera: "si alguien por alguna razón supone que se lo desprecia, se comportará precisamente por eso de un modo desconfiado, insoportable, hipersensible, y suscitará en los demás el propio desdén del cual el sujeto estaba convencido y que queda así probado". 

En lo que respecta a "La inocencia de los musulmanes", el vídeo ha "profetizado" que la violencia, el fanatismo y la degeneración del islam es un mal congénito transmitido por su Profeta, desencadenando actos de violencia y arengas fundamentalistas en el mundo musulmán. Conclusión: la reacción de algunos musulmanes ante el vídeo en cuestión contribuyó a ratificar su tesis, en principio falsa y difamatoria, sobre la estrecha relación entre Islam y violencia. Una vez más, los provocadores y oportunistas se salen con la suya. Ojalá vuelva pronto la primavera. 


Aquí, un poco de lucidez, de la que tanto se necesita en estos casos:


No obstante, si por allá llueve, por occidente no escampa. Las sociedades seculares también sucumben a otro problema de fondo de las culturas de raíz abrahámica: entender como reveladas sus propias concepciones de la vida social, sin reconocer que son artificiales y limitadas.  Sólo hace falta detenerse en casos como Afganistán para comprender que los valores de una sociedad no se pueden transplantar sin más, y que exigir al resto del mundo unos mínimos de entendimiento sobre la base de la racionalidad, el laicismo y la libertad al modo occidental, puede ser en últimas una profecía destinada a autocumplirse sobre la imposibilidad de entenderse con los otros en tanto persistan en ser diferentes. 
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WATZLAWICK Paul (1989): "La realidad inventada". Gedisa, Buenos Aires. 

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